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martes, 6 de agosto de 2024

LA BATALLA DE JUNÍN LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ Y AMERICA LATINA

 

Batalla de Junín por la Independencia del Perú y América Latina encabezado por el Gran Libertados Simón Bolívar realizada el 06 de Agosto al atardecer del día




El ejército del Libertador Simón Bolívar atravesando cordilleras y sendas escabrosas de Yanahuanca y Huariacaco, llego hasta Cerro de Pasco donde el 1° de Agosto se establecía los batallones que enfrentarías al ejercito realista dirigidos por Canterac.  



El comandante en Jefe el general Antonio José de Sucre

División de vanguardia

Comandante el general José María Córdova

Batallones de infantería de Colombia 

1)      Carácas, antes Zulia

2)      Pichincha

3)      Voltígeros, antes Numancia

4)      Bogota

Caballería

1)      El Regimiento de Granaderos de Colombia

2)      El escuadrón Granaderos de los Andes

3)      El escuadrón Usares del Perú

 

División del Centro

 

Comandante, el general José de la Mar

 

Cuerpos Peruanos

1)      Legión Peruana

2)      Numero 1° de la guardia

3)      Numero 1°

4)      Numero 3°

Caballería

1)      Primer regimiento de caballería del Perú, antes Coraceros

Artillería volante

1)      Seis piezas con su correspondiente servicio personal y material.

División de retaguardia

Comandante, general Jacinto Lara

Batallones de infantería de Colombia

1)      Rifles

2)      Vencedor en Boyacá

3)      Vargas

Caballería

Tres escuadrones de Usares de Colombia

Partidos sueltos al mando del general Correa con un total de 1,500 hombres.

Jefe del Estado mayor general Andrés Santa Cruz

Comandante general de caballería general Mariano Necochea

Comandante de la caballería Peruana general Guillermo Miller

Comandante de la columna de caballería Colombiana el coronel Lucas Carbajal


El Libertado Simón Bolívar paso revista al ejercito unido el 02 de agosto y ascendía este a 7,700 hombres de todas las armas, sin incluir a las guerrillas, aunque era un pequeño número, parecía extraordinario cunado se tenga en consideración los peligros y obstáculos que tuvo que luchar. 

 

La disciplina de las tropas y el ardor que las animaba, inspiraban la mayor confianza ene l éxito de la campaña.

Las de Colombia idolatraban al Libertador Simón Bolivar por haberlos llevado a la victoria.

Los cuerpos Peruanos recién organizados mandados por jefes y oficiales de su confianza.

 El Libertado Simón Bolívar dio esta proclama: “Soldados! Vais a completar la obra mas grande que el cielo ha podido encargar a los hombres: la de salvar un mundo entero de esclavitud.

“Soldados! Los enemigos que vais a destruir, se jactan de catorce años de triunfos: pues, serán dignos de medir sus armas con las vuestras, que han brillado en mil combates.

“Soldados! El Perú y la América toda aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria; y aun en Europa liberal os contempla con encanto; porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del universo. ¡La burlareis! No! No! Vosotros sois invencibles.

Mientras el libertador Simón Bolívar se preparaba para marchar a Jauja el general Canterac al frente de fuerzas superiores permanecí inactivo se había preparado para ir a cerro de Pasco y reconocer las posiciones de Simón Bolívar.  Al llegar a Cerro de Pasco supo que los patriotas habían salido de allí el día 3 por el camino de Bancas y que se dirigía a Jauja por la orilla occidental de la laguna de Reyes.

Con esta noticia contra marchó rápidamente por la orilla opuesta con el designio de interponerse entre aquellos y Jauja hacia cuyo punto avanzaba Bolívar en marchas forzadas para retomar la retaguardia de los realistas desde que tuvo avisos de su movimiento.

El 6 de agosto a las 2 de la tarde se avistaron los dos ejércitos.  El general Canterac Continuó retirándose y el libertador Simón Bolívar temiendo perder la ocasión de atacarle de igual a igual se adelantó con la caballería a las órdenes inmediatas de Necochea y le dio alcance a las 5 de la tarde.

Batalla de Sables y Lanzas

La caballería patriota tenía forzosamente hay que atravesar un desfiladero tanto más dificultoso por el terreno pantanoso que tenía la derecha.  Dos escuadrones se formaban en batalla al entrar en la llanura y el resto en columnas entre las colinas y un riachuelo donde no había campo para desplegar. 

El general Canterac que conocía muy bien los accidentes de aquel terreno hizo una hábil maniobra y los ataco antes de que podrían remediar su mala posición y con tanto de nuevo que las columnas Libertadoras de la derecha cejaron se retiraron en confusión sobre el desfiladero y se desordenaron. 

El mayor Braun comandante de la escuadra colombiana granaderos a caballo a la cabeza de unos pocos jinetes de su cuerpo sostuvo el choque de los enemigos y atacando a su turno a los realistas les puso en Fuga, a los que acometían.

A pesar de la desventaja con que luchaban la caballería patriota, pudieron rehacer las fuerzas los escuadrones perseguidos, gracias a la entereza del regimiento Húsares de Junín del Perú, que al manto del valeroso teniente coronel Suárez, se mantuvo a pie firme y entonces guiado todos por el bizarro Miller, jefe de la caballería Peruana y por los coroneles colombianos Silva y Carvajal embistieron a los escuadrones españoles ganando la posición, este arrojo de valentía y destreza de estas tropas y de sus jefes, restablecieron el combate y decidieron la suerte de esta batalla en un a jornada memorable.

Los realistas fueron completamente derrotados y forzados al amparo bajo la protección de la Infantería realista que se retiraba precipitadamente.

Durante la batalla que semejaba los combates de los Caballeros de los antiguos tiempos y que solo puede concebir recordando los siglos heroicos, pues no hubo un solo disparo, fue acompañado del terrible silencio, no fue interrumpido sino por las estridentes voz de los clarines, el choque de las espadas y las lanzas, el galopar y relinchar de los caballos las maldiciones de los vencidos y los lamentos de los heridos.

Las pérdidas de los españoles fueron de 240 muertos y otros tantos heridos; la de Los Patriotas no excedió de una tercera parte de este número.

El valiente Necochea fue uno de los heridos, siete lanzazos recibió y habría perdido la libertad y tal vez la vida si el intrépido llanero colombiano, Camacero no lo hubiese rescatado del campo de batalla.

 

El general Santa Cruz jefe del Estado Mayor narra también la batalla de Junín

 

“El general Canterac confiado en la superioridad de su caballería o bien obligada abatirse para no ser desordenado en su retirada formó tres cuerpos, y por una brillante maniobra atacó al galope a nuestras fuerzas libertadoras por el frente y por el flanco izquierdo.

Aunque inferiores en número e impedidos por la naturaleza del terreno para desplegar, nuestra caballería resistió la carga con el mayor denuedo.

El choque de estos dos ejércitos cuerpo a cuerpo fue terrible, porque ambos estaban satisfechos en su bravura, ambos ejércitos empezaron a acuchillarse, por el momento ellos arrollaron alguno de nuestros escuadrones a tiempo que los ganaderos de Colombia que formaban la cabeza de la columna y estaban en batalla estimulado por el heroico ejemplo de su comandante occidental, el mayor Felipe Braun, rompieron el flanco izquierdo del enemigo.

Los Húsares de Colombia al mando de su coronel Laurencio Silva y el primer regimiento del Perú a las del señor General Miller, sostuvieron con valentía y esfuerzo el centro y la derecha.

El enemigo empezó a desordenarse y los nuestros lo cargaron y los acuchillaban por todas partes.  Sus escuadrones que poco antes contaban ufanados con destruirnos, ahora se encontraban dispersos por una inmensa llanura, ofrecían la más completa idea del desorden.

La caballería española fue destrozada y perseguida hasta las mismas masas de su Infantería, que durante el combate estuvo en inacción y se puso en completa fuga.

La pérdida de enemigo ha sido la de dos jefes, 12 oficiales y 245 hombres de tropa,  80 prisioneros,  más de 400 caballos ensillados,  la mayor parte de sus armas, muchos dispersos y gran número de heridos.

La nuestra consistía en 45 muertos y 90 heridos; entre los primeros El capitán Urbina de granaderos de Colombia, el teniente Cortés del primer escuadrón del Perú, y el sargento mayor Lizárraga, edecán del señor general Miller.

De Los segundos el señor general Necochea, el comandante Sowersby, Capitán Vargas y alférez Rodríguez de regimiento del Perú, El alférez Ferrer de granaderos de Colombia,  el teniente Allende de granaderos de los Andes y el capitán Peraza, Teniente Tapia y el alférez Lanza de Húsares de Colombia.

 

Toda la caballería enemiga ha quedado reducida a un tercio de sus fuerzas y su Infantería fugitiva ha sufrido mucha dispersión dejando en el tránsito algún armamento y varios útiles.

Ayer debió ser completamente destruido al ejército español si una tan larga como penosa jornada no hubiera privado a nuestra Infantería de llegar a tiempo para completar la más brillante Victoria, y así la noche caminos difíciles y un terreno desconocido, nos impidieron haberles perseguido.

Tal ha sido el primer suceso de la campaña Libertadora que nuestros escuadrones del ejercito Libertador ha destruido la orgullosa caballería Española y toda la moral de su ejército.

El Libertador Simón Bolívar testigo del valor Heroico de Los Bravos que se distinguieron el día de ayer, recomienda la admiración de la América del señor general Necochea que se arrojó a las filas enemigas con una impetuosidad heroica, hasta recibir siete heridas,  al Señor general Miller, que con el primer regimiento del Perú flanqueó el enemigo con muchas habilidades y denuedo, al señor coronel Carvajal qué con su lanza dio muerte a muchos enemigos, el señor coronel Silva en medio de la confusión del combate rehízo parte de las fuerzas del cuerpo que estaban en desorden y rechazó los escuadrones que lo envolvían,  el señor Coronel Bruix que con el capitán Pringles, algunos oficiales y granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros, el comandante del primer escuadrón de regimiento de caballería de línea del Perú, Suárez, que condujo su cuerpo con la destreza y resolución que honrarán siempre a los Bravos del Perú, al comandante Sowersby, del segundo escuadrón, que gravemente enfermo, se arrojó a las lanzas enemigas hasta recibir una herida, al comandante Blanco del Tercer escuadrón, al mayor Olavarría y al capitán Allende del primer escuadrón del mismo regimiento,  al bravo comandante Medina, al capitán Camacaro, de Húsares de Colombia, que con su compañía tomó la espalda los escuadrones enemigos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo, a los capitanes Escobar y Sandoval de granaderos, y a los capitanes Jiménez y Peraza de Húsares de Colombia, a los tenientes Segovia y Tapia, y alférez Lanza, que con el mayor Braun persiguieron los escuadrones enemigos hasta su infantería.


 

El general Canterac sintió la fuerza del golpe que se le había asestado y lo comprueba la siguiente carta confidencial al general Rodil, gobernador del Callao.


 


Para cerciorarme si era efectivo que el general Bolívar empezaba sus operaciones, me dirigí rápidamente con el ejército animando sobre Cerro de Pasco, y habiendo averiguado que marchaba por la orilla derecha de la laguna, retrocedí para dirigirme a atacarlo por la retaguardia, o bien interponerme entre él y este Valle.

 

Estando en marcha en las Pampas de Reyes el día 6 de agosto a las 2 de la tarde, reconocí el ejército enemigo que estaba sobre la derecha de mi retaguardia. Continué mi marcha y habiendo adelantado al enemigo su caballería, separándola a dos leguas de distancia de su infantería, se me presentó la oportunidad de atacarlos, fiado yo por el mayor número de nuestra fuerza y el valor de la que creía animada que me manifestaba todos sus individuos, a la vista del enemigo, era esta una ocasión extraordinaria y propicia que tanto esperaba.

Los enemigos tenían dos escuadrones formados en batalla, y los demás hasta el número de ocho en sus columnas por mitades entre un cerro y un pantano que impedía a estos poder desplegar.

Ataque de frente con los escuadrones de Húsares y Dragones del Perú que estaban en batalla, y los cuatro escuadrones de la Unión en dos columnas sobre mis dos flancos destinados a flanquear los enemigos, y al mismo tiempo de la derecha a servir de reserva.

Los escuadrones enemigos que estaban en columna al ver  el ataque, se desordenaron completamente, los que estaban en batalla fueron atacados de frente y flanco, por haber estos aguardado la carga pie firme, y estaban ya en el desorden cuando en ese mismo instante sin poder imaginarme cuál fue la razón, volvió a reagrupar su caballería y la nuestra se dio a una fuga vergonzosa, dando al enemigo una victoria que era nuestra y que decidía en nuestro favor la campaña, pues todos los generales enemigos estaban a la cabeza de su caballería, y batida esta, caían indispensablemente en nuestro poder en razón al desfiladero que tenían a su retaguardia.

Nuestra pérdida ha sido de poca consideración en el número de hombres, pero sí ha influido extraordinariamente en el ánimo, particularmente en el de la caballería.

Los jefes enemigos La Mar, Necochea, Soler y Placencia han muerto y Bolívar fue ligeramente herido en una mano.

Pero repito que la influencia de la fuga de nuestra caballería y la superioridad numérica de la infantería enemiga, me obliga a replegarme no sé hasta qué punto de la provincia de retaguardia, y como todos nuestros esfuerzos deben dirigirse, olvidando todo lo demás objetos, a reunir nuestras fuerzas suficientes paro a destruir a Bolívar, inmediatamente que usted reciba esta carta y sin demora de pocas horas dispondré usted que salga el escuadrón de San Carlos con la fuerza de 200 hombres, y si ese escuadrón no se tuviera, usted la completara con la artillería de Chilenos, en inteligencia que usted debe ceñirse a la defensa de la plaza, pues usted conoce bien que el primer objeto es destruir el ejército de Bolívar y que no consiguiendo lo tendría que sucumbir esa plaza. Los 200 hombres dichos debería dirigirse a Ica con la mayor rapidez sin descansar más que algunas pocas horas hasta llegar a Cañete, pues con mi retirada de ese Valle los montoneros de Yauyos y demás, tratarán de cortar el paso de allá y de impedir toda comunicación por aquella Costa.

Para esta operación se necesitan muchos Caballos y por consiguiente tome usted los de todo el mundo y de usted además los otros cuerpos a fin de que no tengan que montar sus caballos buenos para que puedan llegar capaces a operar sobre el enemigo.

Espero que desempeñar usted este encargo con la actividad que le característica previniendo usted el jefe dicho escuadrón que en Ica deberán recibir órdenes mías sobre su marcha y demás.

Acabo de recibir comunicaciones del excelentísimo señor Virrey, y me dice que el 5 del presente salía para Huamanga con toda la fuerza que fuera posible.  


Tomado de Memorias del General O'Leary

Abrir: https://memoriasdeoleary.com/coleccionoleary/#:~:text=El%20insigne%20militar%20Daniel%20Florencio,afecto%20y%20la%20confianza%20mutuas.


Abrir: https://www.instagram.com/inesquinterom/reel/CsmjtFuJo8A/




¿Quién fue el General O’Leary?El insigne militar Daniel Florencio O’Leary, - Irlandés de nacimiento con alma Venezolana en virtud de su propia historia- fue por más de una década uno de los más cercanos colaboradores de Simón Bolívar, a quien unió una relación marcada por el afecto y la confianza mutuas.

Daniel Florencio O'Leary (Cork, 14 de febrero de 1800 - Bogotá, 24 de febrero de 1854) Militar y político Irlandés. Fue amigo personal de Simón Bolívar,​​ uniéndose a su causa independentista en la actual Venezuela, y acompañó al Libertador en sus últimos días.