Batalla de Junín por la Independencia del Perú y América Latina encabezado por el Gran Libertados Simón Bolívar realizada el 06 de Agosto al atardecer del día
El ejército del Libertador Simón Bolívar atravesando cordilleras y sendas escabrosas de Yanahuanca y Huariacaco, llego hasta Cerro de Pasco donde el 1° de Agosto se establecía los batallones que enfrentarías al ejercito realista dirigidos por Canterac.
El comandante en Jefe el general Antonio José de Sucre
División de vanguardia
Comandante el general
José María Córdova
Batallones de
infantería de Colombia
1)
Carácas,
antes Zulia
2)
Pichincha
3)
Voltígeros,
antes Numancia
4)
Bogota
Caballería
1)
El
Regimiento de Granaderos de Colombia
2)
El
escuadrón Granaderos de los Andes
3)
El
escuadrón Usares del Perú
División del Centro
Comandante, el
general José de la Mar
Cuerpos Peruanos
1)
Legión
Peruana
2)
Numero
1° de la guardia
3)
Numero
1°
4)
Numero
3°
Caballería
1)
Primer
regimiento de caballería del Perú, antes Coraceros
Artillería
volante
1)
Seis
piezas con su correspondiente servicio personal y material.
División de
retaguardia
Comandante, general
Jacinto Lara
Batallones de
infantería de Colombia
1)
Rifles
2)
Vencedor
en Boyacá
3)
Vargas
Caballería
Tres escuadrones de
Usares de Colombia
Partidos sueltos al
mando del general Correa con un total de 1,500 hombres.
Jefe del Estado mayor
general Andrés Santa Cruz
Comandante general de
caballería general Mariano Necochea
Comandante de la
caballería Peruana general Guillermo Miller
Comandante de la
columna de caballería Colombiana el coronel Lucas Carbajal
El Libertado Simón Bolívar paso revista al ejercito unido
el 02 de agosto y ascendía este a 7,700 hombres de todas las armas, sin incluir
a las guerrillas, aunque era un pequeño número, parecía extraordinario cunado
se tenga en consideración los peligros y obstáculos que tuvo que luchar.
La disciplina de las tropas y el ardor que las animaba,
inspiraban la mayor confianza ene l éxito de la campaña.
Las de Colombia idolatraban al Libertador Simón Bolivar por
haberlos llevado a la victoria.
Los cuerpos Peruanos recién organizados mandados por
jefes y oficiales de su confianza.
El Libertado Simón
Bolívar dio esta proclama: “Soldados! Vais a completar la obra mas grande que
el cielo ha podido encargar a los hombres: la de salvar un mundo entero de
esclavitud.
“Soldados! Los enemigos que vais a destruir, se jactan de
catorce años de triunfos: pues, serán dignos de medir sus armas con las
vuestras, que han brillado en mil combates.
“Soldados! El Perú y la América toda aguardan de vosotros
la paz, hija de la victoria; y aun en Europa liberal os contempla con encanto;
porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del universo. ¡La burlareis!
No! No! Vosotros sois invencibles.
Mientras el libertador
Simón Bolívar se preparaba para marchar a Jauja el general Canterac al frente
de fuerzas superiores permanecí inactivo se había preparado para ir a cerro de
Pasco y reconocer las posiciones de Simón Bolívar. Al llegar a Cerro de
Pasco supo que los patriotas habían salido de allí el día 3 por el camino de
Bancas y que se dirigía a Jauja por la orilla occidental de la laguna de Reyes.
Con esta noticia contra
marchó rápidamente por la orilla opuesta con el designio de interponerse entre
aquellos y Jauja hacia cuyo punto avanzaba Bolívar en marchas forzadas para
retomar la retaguardia de los realistas desde que tuvo avisos de su movimiento.
El 6 de agosto a las 2 de
la tarde se avistaron los dos ejércitos. El general Canterac Continuó
retirándose y el libertador Simón Bolívar temiendo perder la ocasión de
atacarle de igual a igual se adelantó con la caballería a las órdenes
inmediatas de Necochea y le dio alcance a las 5 de la tarde.
Batalla de Sables y
Lanzas
La caballería patriota
tenía forzosamente hay que atravesar un desfiladero tanto más dificultoso por
el terreno pantanoso que tenía la derecha. Dos escuadrones se formaban en
batalla al entrar en la llanura y el resto en columnas entre las colinas y un
riachuelo donde no había campo para desplegar.
El general Canterac que
conocía muy bien los accidentes de aquel terreno hizo una hábil maniobra y los ataco
antes de que podrían remediar su mala posición y con tanto de nuevo que las
columnas Libertadoras de la derecha cejaron se retiraron en confusión sobre el
desfiladero y se desordenaron.
El mayor Braun comandante
de la escuadra colombiana granaderos a caballo a la cabeza de unos pocos
jinetes de su cuerpo sostuvo el choque de los enemigos y atacando a su turno a
los realistas les puso en Fuga, a los que acometían.
A pesar de la desventaja
con que luchaban la caballería patriota, pudieron rehacer las fuerzas los
escuadrones perseguidos, gracias a la entereza del regimiento Húsares de Junín
del Perú, que al manto del valeroso teniente coronel Suárez, se mantuvo a pie
firme y entonces guiado todos por el bizarro Miller, jefe de la caballería Peruana
y por los coroneles colombianos Silva y Carvajal embistieron a los escuadrones
españoles ganando la posición, este arrojo de valentía y destreza de estas
tropas y de sus jefes, restablecieron el combate y decidieron la suerte de esta
batalla en un a jornada memorable.
Los realistas fueron
completamente derrotados y forzados al amparo bajo la protección de la
Infantería realista que se retiraba precipitadamente.
Durante la batalla que
semejaba los combates de los Caballeros de los antiguos tiempos y que solo
puede concebir recordando los siglos heroicos, pues no hubo un solo disparo,
fue acompañado del terrible silencio, no fue interrumpido sino por las
estridentes voz de los clarines, el choque de las espadas y las lanzas, el
galopar y relinchar de los caballos las maldiciones de los vencidos y los
lamentos de los heridos.
Las pérdidas de los
españoles fueron de 240 muertos y otros tantos heridos; la de Los Patriotas no
excedió de una tercera parte de este número.
El valiente Necochea fue
uno de los heridos, siete lanzazos recibió y habría perdido la libertad y tal
vez la vida si el intrépido llanero colombiano, Camacero no lo hubiese
rescatado del campo de batalla.
El general Santa
Cruz jefe del Estado Mayor narra también la batalla de Junín
“El general Canterac
confiado en la superioridad de su caballería o bien obligada abatirse para no
ser desordenado en su retirada formó tres cuerpos, y por una brillante maniobra
atacó al galope a nuestras fuerzas libertadoras por el frente y por el flanco
izquierdo.
Aunque inferiores en
número e impedidos por la naturaleza del terreno para desplegar, nuestra
caballería resistió la carga con el mayor denuedo.
El choque de estos dos ejércitos
cuerpo a cuerpo fue terrible, porque ambos estaban satisfechos en su bravura,
ambos ejércitos empezaron a acuchillarse, por el momento ellos arrollaron
alguno de nuestros escuadrones a tiempo que los ganaderos de Colombia que
formaban la cabeza de la columna y estaban en batalla estimulado por el heroico
ejemplo de su comandante occidental, el mayor Felipe Braun, rompieron el flanco
izquierdo del enemigo.
Los Húsares de Colombia
al mando de su coronel Laurencio Silva y el primer regimiento del Perú a las
del señor General Miller, sostuvieron con valentía y esfuerzo el centro y la
derecha.
El enemigo empezó a
desordenarse y los nuestros lo cargaron y los acuchillaban por todas
partes. Sus escuadrones que poco antes contaban ufanados con destruirnos,
ahora se encontraban dispersos por una inmensa llanura, ofrecían la más
completa idea del desorden.
La caballería española
fue destrozada y perseguida hasta las mismas masas de su Infantería, que
durante el combate estuvo en inacción y se puso en completa fuga.
La pérdida de enemigo ha
sido la de dos jefes, 12 oficiales y 245 hombres de tropa, 80
prisioneros, más de 400 caballos ensillados, la mayor parte de sus
armas, muchos dispersos y gran número de heridos.
La nuestra consistía en
45 muertos y 90 heridos; entre los primeros El capitán Urbina de granaderos de
Colombia, el teniente Cortés del primer escuadrón del Perú, y el sargento mayor
Lizárraga, edecán del señor general Miller.
De Los segundos el señor
general Necochea, el comandante Sowersby, Capitán Vargas y alférez Rodríguez de
regimiento del Perú, El alférez Ferrer de granaderos de Colombia, el
teniente Allende de granaderos de los Andes y el capitán Peraza, Teniente Tapia
y el alférez Lanza de Húsares de Colombia.
Toda la caballería
enemiga ha quedado reducida a un tercio de sus fuerzas y su Infantería fugitiva
ha sufrido mucha dispersión dejando en el tránsito algún armamento y varios
útiles.
Ayer debió ser
completamente destruido al ejército español si una tan larga como penosa
jornada no hubiera privado a nuestra Infantería de llegar a tiempo para
completar la más brillante Victoria, y así la noche caminos difíciles y un
terreno desconocido, nos impidieron haberles perseguido.
Tal ha sido el primer
suceso de la campaña Libertadora que nuestros escuadrones del ejercito
Libertador ha destruido la orgullosa caballería Española y toda la moral de su
ejército.
El Libertador Simón Bolívar testigo del valor Heroico de Los Bravos que se distinguieron el día de ayer, recomienda la admiración de la América del señor general Necochea que se arrojó a las filas enemigas con una impetuosidad heroica, hasta recibir siete heridas, al Señor general Miller, que con el primer regimiento del Perú flanqueó el enemigo con muchas habilidades y denuedo, al señor coronel Carvajal qué con su lanza dio muerte a muchos enemigos, el señor coronel Silva en medio de la confusión del combate rehízo parte de las fuerzas del cuerpo que estaban en desorden y rechazó los escuadrones que lo envolvían, el señor Coronel Bruix que con el capitán Pringles, algunos oficiales y granaderos de los Andes, se mantuvo firme en medio de los peligros, el comandante del primer escuadrón de regimiento de caballería de línea del Perú, Suárez, que condujo su cuerpo con la destreza y resolución que honrarán siempre a los Bravos del Perú, al comandante Sowersby, del segundo escuadrón, que gravemente enfermo, se arrojó a las lanzas enemigas hasta recibir una herida, al comandante Blanco del Tercer escuadrón, al mayor Olavarría y al capitán Allende del primer escuadrón del mismo regimiento, al bravo comandante Medina, al capitán Camacaro, de Húsares de Colombia, que con su compañía tomó la espalda los escuadrones enemigos y les cortó el vuelo de su instantáneo triunfo, a los capitanes Escobar y Sandoval de granaderos, y a los capitanes Jiménez y Peraza de Húsares de Colombia, a los tenientes Segovia y Tapia, y alférez Lanza, que con el mayor Braun persiguieron los escuadrones enemigos hasta su infantería.
El general Canterac sintió
la fuerza del golpe que se le había asestado y lo comprueba la siguiente carta
confidencial al general Rodil, gobernador del Callao.
Para cerciorarme si era
efectivo que el general Bolívar empezaba sus operaciones, me dirigí rápidamente
con el ejército animando sobre Cerro de Pasco, y habiendo averiguado que
marchaba por la orilla derecha de la laguna, retrocedí para dirigirme a
atacarlo por la retaguardia, o bien interponerme entre él y este Valle.
Estando en marcha en las
Pampas de Reyes el día 6 de agosto a las 2 de la tarde, reconocí el ejército
enemigo que estaba sobre la derecha de mi retaguardia. Continué mi marcha y
habiendo adelantado al enemigo su caballería, separándola a dos leguas de
distancia de su infantería, se me presentó la oportunidad de atacarlos, fiado
yo por el mayor número de nuestra fuerza y el valor de la que creía animada que
me manifestaba todos sus individuos, a la vista del enemigo, era esta una
ocasión extraordinaria y propicia que tanto esperaba.
Los enemigos tenían dos
escuadrones formados en batalla, y los demás hasta el número de ocho en sus
columnas por mitades entre un cerro y un pantano que impedía a estos poder
desplegar.
Ataque de frente con los
escuadrones de Húsares y Dragones del Perú que estaban en batalla, y los cuatro
escuadrones de la Unión en dos columnas sobre mis dos flancos destinados a
flanquear los enemigos, y al mismo tiempo de la derecha a servir de reserva.
Los escuadrones enemigos
que estaban en columna al ver el ataque, se desordenaron completamente,
los que estaban en batalla fueron atacados de frente y flanco, por haber estos
aguardado la carga pie firme, y estaban ya en el desorden cuando en ese mismo
instante sin poder imaginarme cuál fue la razón, volvió a reagrupar su
caballería y la nuestra se dio a una fuga vergonzosa, dando al enemigo una
victoria que era nuestra y que decidía en nuestro favor la campaña, pues todos
los generales enemigos estaban a la cabeza de su caballería, y batida esta,
caían indispensablemente en nuestro poder en razón al desfiladero que tenían a
su retaguardia.
Nuestra pérdida ha sido
de poca consideración en el número de hombres, pero sí ha influido
extraordinariamente en el ánimo, particularmente en el de la caballería.
Los jefes enemigos La Mar,
Necochea, Soler y Placencia han muerto y Bolívar fue ligeramente herido en una
mano.
Pero repito que la
influencia de la fuga de nuestra caballería y la superioridad numérica de la infantería
enemiga, me obliga a replegarme no sé hasta qué punto de la provincia de
retaguardia, y como todos nuestros esfuerzos deben dirigirse, olvidando todo lo
demás objetos, a reunir nuestras fuerzas suficientes paro a destruir a Bolívar,
inmediatamente que usted reciba esta carta y sin demora de pocas horas
dispondré usted que salga el escuadrón de San Carlos con la fuerza de 200
hombres, y si ese escuadrón no se tuviera, usted la completara con la
artillería de Chilenos, en inteligencia que usted debe ceñirse a la defensa de
la plaza, pues usted conoce bien que el primer objeto es destruir el ejército
de Bolívar y que no consiguiendo lo tendría que sucumbir esa plaza. Los
200 hombres dichos debería dirigirse a Ica con la mayor rapidez sin descansar
más que algunas pocas horas hasta llegar a Cañete, pues con mi retirada de ese
Valle los montoneros de Yauyos y demás, tratarán de cortar el paso de allá y de
impedir toda comunicación por aquella Costa.
Para esta operación se
necesitan muchos Caballos y por consiguiente tome usted los de todo el mundo y
de usted además los otros cuerpos a fin de que no tengan que montar sus
caballos buenos para que puedan llegar capaces a operar sobre el enemigo.
Espero que desempeñar
usted este encargo con la actividad que le característica previniendo usted el
jefe dicho escuadrón que en Ica deberán recibir órdenes mías sobre su marcha y
demás.
Acabo de recibir comunicaciones
del excelentísimo señor Virrey, y me dice que el 5 del presente salía para
Huamanga con toda la fuerza que fuera posible.
Tomado de Memorias del General O'Leary
Abrir: https://www.instagram.com/inesquinterom/reel/CsmjtFuJo8A/
¿Quién fue el General O’Leary?. El insigne militar Daniel Florencio O’Leary, - Irlandés de nacimiento con alma Venezolana en virtud de su propia historia- fue por más de una década uno de los más cercanos colaboradores de Simón Bolívar, a quien unió una relación marcada por el afecto y la confianza mutuas.
Daniel Florencio O'Leary (Cork, 14 de febrero de 1800 - Bogotá, 24 de febrero de 1854) Militar y político Irlandés. Fue amigo personal de Simón Bolívar, uniéndose a su causa independentista en la actual Venezuela, y acompañó al Libertador en sus últimos días.
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Hola Colega Técnico Asistencial: Espero que comentes, para así seguir sirviendo en la necesidad de la Organización Sindical y Defensa de los Técnicos Asistenciales, llegar a tener nuestro Colegio de Técnicos Asistenciales Paramédicos y seguir organizando mas Sindicatos en todas la Regiones del Perú, las Federaciones Regionales y nuevamente reactivar nuestra Confederación, con quien logramos obtener la Ley del Técnico Asistencial, Ley 28561, Donde el Sindicato de Técnicos SutaEsalud y su Secretario General Juan Manrique Salas, fue quien impulso la unidad de todo Técnico Asistencia, dejar el miedo y por medio de nuestra Confederación Asistencial CONTAP.
Pega el enlace de abajo y encontraras la Ley 28561, Ley del Técnico Asistencial.
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